Domingo 1 de Septiembre de  2024
PANORAMA POLÍTICO

Gente que atrasa

El conflicto entre el gremio docente y el gobierno neuquino continúa. No puede haber diálogo cuando se intenta desconocer las reglas de juego y es eso lo que pretende Angélica Lagunas.

Créditos: ENFOCADOS
Escrito en EDITORIAL el

La ratificación de la asamblea de Aten de la continuidad de las medidas de fuerza para la primera semana del mes que se inicia es una confirmación del desacertado camino que eligió la seccional Capital por encima del resto de los docentes neuquinos. 

Ya ha quedado ampliamente demostrado que el temor pesa mucho en el conjunto de la docencia y que la mayoría de los maestros se sienten amedrentados por este sistema de asambleas donde la militancia de izquierdas actúa coercitivamente.

Semana a semana las medidas pierden legitimidad, ante la evidencia, el discurso de la principal referente sindical ha incorporado la palabra niños/alumnos en reemplazo del sujeto político priorizado hasta ahora que era “el trabajador de la educación”; todo ello para intimar al gobierno a una nueva convocatoria al diálogo. 

No puede haber diálogo cuando se intenta desconocer las reglas de juego y es eso lo que pretende Angélica Lagunas cuando pide la derogación de una ley sancionada por amplia mayoría en la Legislatura de la Provincia. Diálogo sí, imposición no. El gobierno tiene vocación de acordar, pero no puede renunciar a ejecutar el mandato que surgió de las urnas.  

El sectarismo ejercido desde la dirigencia gremial actúa hacia adentro y afuera del gremio. Miedo entre los docentes y condena desde la sociedad civil. Esta suerte de chavismo retrogrado que ejerce Lagunas debería revisarlo porque de aquella épica inicial chavista a esta tragicomedia de Maduro pasaron dos décadas y en ese tiempo también cambio Argentina, cambio Neuquén. Tal vez la nostalgia de otros tiempos y de otro gobierno obnubile su visión de este tiempo.

Para adelante

Los cambios de época o cambios de era, implican una revolución no declarada, es decir son cambios que nos ponen “patas pa´arriba” Todo lo conocido, todo lo establecido como orden o funcionamiento de la sociedad. Son cambios civilizatorios que van más allá de lo aprehendido hasta el momento actual.  La mayoría de los divulgadores de estos nuevos sucesos que nos han cambiado la vida hablan de que solo quienes se adapten a estos cambios serán capaces de sobrevivir al cambio de época. Un poco de estos estamos viendo en nuestra clase dirigente.

En nuestro caso, la provincia de Neuquén optó por un cambio, si bien es cierto, un cambio moderado, el representado por Rolando Figueroa, fue un cambio. Y le puso el punto final a 60 años de liderazgo hegemónico al partido provincial, iniciando la apertura del Estado a otras vertientes y miradas políticas.

La consigna que funcionó como aglutinadora fue la neuquinidad, rescatando de este modo sin decirlo la bandera del federalismo que es el sello de identidad por antonomasia de los neuquinos. Un camino de cintura en transición hacia una nueva realidad para entrar de lleno en el nuevo paradigma de desarrollo a partir de Vaca Muerta.

La traducción de estos conceptos teóricos a su plan de gobierno se ve reflejado o mejor dicho, convertido en acciones que tratan de plasmarse en una mejoría en la calidad de vida de sus habitantes. Gas para los pueblos al lado de los yacimientos, caminos integrados en el Norte, asfalto para mejorar la llegada a los destinos turísticos, aplicación de un detox en la administración del Estado tras años de manejos poco prolijos, becas en educación para ayudar a las familias menos favorecidas y el reclamo a las operadoras de la industria de hidrocarburos para que su contribución no sea una dadiva de lo que le sobra sino por el contrario que se constituya en un aporte estructural. 

Estas señales tienen su resistencia, las miradas opuestas y la crítica destructiva de quienes hasta aquí acompañaron un orden viejo. Y no solo que acompañaron, sino que fueron partícipes necesarios de ese orden. Así se estructuró la pseuda oposición en las últimas dos décadas y así se disfrazó cierto progresismo social y político en las organizaciones sociales y sus organizaciones sucedáneas. 

Puede que el gobierno no sea ni el más brillante ni el más excelso, pero no podrán acusarlo del cinismo que hasta ahora envolvía al ecosistema de la política neuquina. Hasta aquí el sinceramiento que se ha hecho es positivo veremos si esto funciona en beneficio del conjunto traduciéndose en bienestar y progreso social. Los propósitos son solo eso hasta que se convierten en hechos.

Hay dos caminos, creer que estamos en la senda de construir una sociedad más justa para todos o bien transitamos hacia una nueva frustración, en cualquier caso, el rumbo es hacia adelante. 

Para atrás solo miran los nostalgiosos del orden muerto.