Viernes 13 de Junio de  2025
PANORAMA POLÍTICO

Las sandalias del pescador

La muerte de Francisco, el temblor político en Neuquén y el inesperado cambio de manos en un medio patagónico marcan el pulso de un tiempo que ya no se parece al que conocimos.

Escrito en EDITORIAL el

Conmovidos como todo el mundo occidental, esta semana asistimos a la muerte de Jorge Mario Bergoglio. Cura argentino devenido en el Papa Francisco tras una larga militancia por los pobres, por los desposeídos y desposeídas de la tierra. Un referente de la coherencia pastoral, alguien de la curia dijo que vivió muy cercano a Dios y a los menos favorecidos de la tierra. 

Su misión se cumplió con creces porque el mensaje final de su vida fue la admiración de parte de las conciencias del mundo por su lucha desigual en una Iglesia que hace rato se ha descarriado y que lleva en su seno el flagelo de la corrupción, sea en forma de pederastia, en príncipes enriquecidos, en escándalos financieros como el del banco Ambrosiano y/o en un clero con discurso homofóbico que en las sombras rompen el celibato y ejercen la homosexualidad con menores a quienes tienen a su cargo. 

Modernizar la Iglesia y enfrentar ese status quo fue una verdadera proeza, lo hizo navegando en aguas encrespadas asumiendo la incomprensión de sus compatriotas y de los poderosos de la tierra. Fue un gladiador que entendió que dar su vida por cambiar las injusticias del mundo globalizado era su misión en la tierra; no tuvo jamás las garantías del éxito de su misión. Aun así, supo que debía hacer lo que hizo.

Su muerte, es apenas una llamada a reflexionar acerca de cual mundo queremos, hacia donde va este capitalismo que ha agotado los recursos del planeta y que ha concentrado la riqueza en manos de unos pocos grupos financieros que apadrinan a una oligarquía política que domina el mundo. 

De ese mundo desigual e injusto se ha despedido Francisco, dejo su legado de lucha en favor de los pobres y de la paz.

Los unos y los otros

Volviendo al escenario local, se empieza a sentir los estertores de la política, que no termina de acomodarse al nuevo paradigma de la era Rolando Figueroa. En función del proceso electoral en ciernes las distintas fuerzas producen su reacomodamiento interno.

Este sábado, el sector del peronismo que acompaña a Rolando Figueroa se reunió en Mariano Moreno y ratificó el compromiso y acompañamiento al gobierno de la provincia y al liderazgo de Rolando Figueroa. Nada nuevo bajo el sol. Pero sí esto amplía el marco de referencia del peronismo filo neuquinizate porque suma algunas figuras que estaban dudando de qué camino seguir dentro de la orgánica partidaria. Sobre todo, porque la falta de ampliación de juego a nuevas figuras deja de ser atractivo para las nuevas generaciones militantes. 

Si la pelea vuelve a ser la continuidad del parrillismo o la emergencia de Darío Martínez, hay poco atractivo para seguir dentro de ese peronismo que además está muy lejos del poder. Esto es apenas una descripción del laberinto que es la diáspora del post kirchnerismo; la situación es más compleja e implica un entramado de líneas internas, intereses por cargos y viejas lealtades que se disfrazan detrás de frases nostálgicas y evocativas de un peronismo que ya no existe y de un mundo al que le sobran trabajadores, su base de representación histórica,

Ese peronismo que tiene el sello oficial fue el ladero y fiel escudero del MPN que perdió con Figueroa. Tiene objetivamente la ventaja de ser el dueño de la pelota, pero está jugando un partido que ya no es atractivo para la ciudadanía, ya no están ni Cristina en el gobierno ni Jorge Sapag manejando el poder entre bambalinas.

El otro peronismo, el que eligió marchar detrás de la epopeya de desplazar al MPN del gobierno, está ensamblado en el frente y el frente tiene el gobierno, no necesita credenciales de legitimidad. Esto de quién es y quién no es peronista remite al viejo apotegma del General cuando le preguntaba por los conservadores del partido o los liberales y los nacionalistas contrastando con la juventud que reclamaba socialismo el viejo caudillo respondía: “Sí tiene razón hay de todo en el movimiento, pero todos…todos son peronistas”.

Los mensajes del peronismo oficial han endurecido sus posiciones con el gobierno de Figueroa y profundiza su perfil opositor en dos declaraciones muy fuertes esta semana a través de un documento partidario y otro que firma Darío Martínez apuntando al presidente y CEO de YPF Horacio Marín. 

En ambas acciones lo que se busca es consolidar el perfil opositor a las políticas que lleva adelante el gobierno de Javier Milei y asociar al gobierno de Figueroa con la gestión libertaria. De manual. 

Otro cambio 

La irrupción del mundo digital y los cambios que ello introdujo en la economía y en la vida cotidiana también modificó el mundo de la comunicación tradicional. Nada que hasta aquí no conozca la mayoría de los ciudadanos, hemos visto como se han modificado los hábitos de consumo, los conceptos que reglaban nuestras vidas, el empoderamiento femenino, las visiones sobre la sexualidad y estos cambios tienen un fuerte impacto en el mundo social.

En estos días se conoció una noticia que movilizó al mundo de la política y es la modificación del paquete accionario de Editorial Río Negro propietaria del periódico homónimo. La adquisición por parte de un grupo empresario local del medio roquense fue como un rayo que impacta en el sistema político y de poder de la región.

El matutino considerado uno de los más importantes del interior de la Argentina y próximo a cumplir 113 años cambia de manos y los interrogantes acerca de esta inversión inundó los despachos y corrillos de la política neuquina y de la vecina provincia. Cuando parecía que estaba todo dicho esta operación pone en escena a nuevos actores en el esquema de poder de ambas provincias, esta es la novedad, pero lo impactante es que nadie la vio llegar.

Salir de la rutina de lo establecido genera nuevas emociones y cada tanto la política siente que no está todo dicho. Y esto se produce cada muerte de obispo, en este caso de un Papa. Perdón Francisco por la irreverencia.