Sin dudas, el encabezado de este artículo debería ser el contrario al que finalmente figura. De ser así, en el titular debería figurar “Entre la preocupación de gobernar y el armado político”, pero alcanza con pasear un ratito por los lugares donde se reúne la política para comprobar que más allá de las intenciones, lo que mandan son los hechos. Y si hay algo que a los políticos les gusta es la rosca, máxime en un año electoral.
Son muchas las charlas de quincho de esta semana, porque fueron varias las tiendas políticas que encendieron los fuegos. Sin tribulaciones ni puchereo, el lugar de la discusión política por excelencia es la Legislatura provincial donde el protagonismo excluyente son los gallos de riña que responden a Rolando Figueroa.
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Ya lo habíamos mencionado en anteriores panoramas dominicales, en la Honorable Legislatura reside la tasck force del primer mandatario y la ha utilizado en momentos puntuales y con justificación por razones de Estado puntuales. Cuando llama “el uno”, se cuadran todos los que componen la mayoría “programática” y resuelven en función de la gobernabilidad.
Ahora, el tema es cuando quedan a su libre albedrío y tienen la posibilidad de discutir con la escasa oposición frontal que tiene el gobierno. Esta semana, lo mejor sucedió fuera de las comisiones y fue una discusión fuerte, sin ningún connato de violencia, pero sí alta de tono. Pasional como diría una fuente, con amor por lo que cada uno cree y defiende.
La defensa a libro cerrado que hace Claudio Domínguez de la gestión neuquinizate contrasta con la pasividad crítica de Gerardo Gutiérrez dentro del bloque emepenista y llama la atención el alineamiento incondicional de Marcelo Bermúdez que junto a Francisco Lepore y Ernesto Novoa figuran entre los voceros más entusiastas del oficialismo.
Está en la naturaleza de un cuerpo deliberativo que esto suceda y es bueno que haya discusión, debate y pasión, aunque a fuerza de ser sinceros, cuando el debate corre el riesgo de ser superado por la racionalidad opositora aparece la mayoría y se acaba la discusión.
Hay sí una especie de desdoblamiento en el gobierno; por un lado, las cuestiones ejecutivas que las lleva adelante el gobernador Figueroa, el perfil de gestión, los grandes trazos de la marcha del Estado, desendeudamiento, inversiones, ahorro en gastos políticos, relaciones con la Nación. Son los temas que no hay opinión de nadie más que del primer mandatario y es una misión imposible sacarle opiniones propias a ningún referente del oficialismo. Nadie habla.
Y por el otro lado, estaría -de acuerdo a nuestra opinión- la tarea de cabotaje o de menor jerarquía, la que consiste en cuidar que todo este bajo control, que la marcha del Estado se amolde a la nueva gestión, que haya cierta normalidad o rutina aceptada por todos los actores.
La oposición se va armando y va mostrando el perfil que va a tomar tras la aparición de David Schleret en la grilla de La Libertad Avanza tras abandonar la esfera amarilla que le brindó cobijo todos estos años. El regreso del político ahora radicado en San Martín de los Andes significó un cimbronazo para Pablo Cervi que ya se sentía secundando a Nadia Márquez en la lista de LLA el próximo octubre.
Hace algún tiempo, la referente de LLA y también de las Iglesias Evangélicas fue a buscar al ex diputado nacional y declaró que “es una muy buena incorporación David, porque defiende la vida, la libertad y la propiedad”. “No es un acuerdo electoral, pero podría serlo perfectamente o incluso como funcionario”. Lo que finalmente demuestra que no solo la casta tienta con cargos y no solo el gobierno está ocupado en el armado político.
Dato versus relato
Los análisis que circulan en el espacio del ecosistema político son muchos y variados. Como suele suceder, la mención a encuestas es un recurso de mentirita de patas cortas. Hacer una encuesta seria tiene un costo muy elevado y no hay tantos patriotas que desembolsen de su propio peculio lo que vale un estudio de esta naturaleza. Por lo tanto, hay algunas fuentes reales y otras no.
Por ejemplo, en el país miden los grandes grupos económicos, el gobierno (o los gobiernos en sus distintos niveles) y de la oposición algunos gremios poderosos y el Instituto Patria que preside Cristina Fernández de Kirchner. No hay más información seria que esa.
¿Por qué apuntamos a este dato? Porque hay mucho chanta dando vuelta vendiendo humo. Y de esa información se desprende que en Neuquén hay un escenario definido donde ganaría LLA y el gobierno provincial sería la segunda fuerza dejando afuera al peronismo de las representaciones en juego.
En primer lugar, no hay ninguna definición de candidaturas sobre las que realizar mediciones, hasta aquí lo que se conoce es el humor social y los rumores acerca de quiénes serán los candidatos o ¿acaso alguien escuchó hablar si Oscar Parrilli se irá a la casa y dejará libre la banca que ocupa para que sea Darío Martínez el candidato? O si Ramón Rioseco intentará llegar al Senado? Hay mucho folklore y pocas definiciones.
Ahora, sí se sabe que el gobierno tiene intenciones de concretar las candidaturas de Julieta Corroza y Juan Luis Ouset como el correlato de lo que es un proyecto de poder que tiene tras de sí 20 años de militancia. Lo que en la intimidad del Frente Neuquinizate se menciona como el triángulo que tiene todas las credenciales de la legitimidad junto con Rolando Figueroa.
Por el lado del oficialismo, los números que exhiben son la imagen del gobernador que logra un tope de 87% de imagen positiva en el Norte neuquino y un piso del 68 % en la Confluencia con un 74% en el Centro y 69% en el Sur. Números que no se pueden contrastar salvo con los datos que maneja la oficina del presidente.
Abril comienza con su recuerdo malvinero y el otoño despunta, la vida política tiene su propio sendero y somos parte activa o pasiva de ella. Parafraseando a José Luis Manzano “después del 2001 la Argentina es un milagro de la ciencia política” y Neuquén no es una isla.