Islandia se encuentra en estado de emergencia ante la amenaza de una posible erupción volcánica en la localidad pesquera de Gindavík, a solo 50 kilómetros de la capital, Reikiavik. La actividad sísmica en las últimas semanas llevó a las autoridades a ordenar la evacuación preventiva de la zona, marcando la primera evacuación completa de una población tan grande en 50 años.
La Organización Meteorológica Islandesa (OMI) monitorea la situación en tiempo real y elevó la alerta vulcánica. Aunque Islandia está acostumbrada a las erupciones volcánicas, la magnitud de esta situación generó preocupación, especialmente porque la región en cuestión, el sistema volcánico Fagradalsfjall, erupcionó en los últimos tres años.
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Islandia, con 34 sistemas volcánicos activos durante el Holoceno, experimenta erupciones en promedio cada cinco años. La evacuación de Gindavík se llevó a cabo debido a la proximidad de la población a la zona de posible erupción, y la OMI registró deformaciones del terreno de hasta un metro, un fenómeno sin precedentes en la región.
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Se espera que la erupción sea efusiva, emitiendo poca ceniza y minimizando el impacto en el tráfico aéreo. Sin embargo, existe la posibilidad de que el magma encuentre depósitos de agua subterránea o que la erupción sea subacuática, lo que podría resultar en la liberación de cantidades significativas de ceniza. La situación sigue siendo monitoreada de cerca, ya que se evalúa el riesgo y se toman medidas para proteger a la población en caso de una erupción inminente.