Brasil enfrenta una ola de calor histórica que llevó a quince estados, incluyendo el sureste, centro-oeste y parte del norte del país, así como la capital Brasilia, a estar en alerta por el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) debido a las altas temperaturas extremas.
En Río de Janeiro, a las 9:00 AM hora local de este miércoles, la temperatura ya superaba los 27 grados, y las empresas están tomando medidas de emergencia para evitar posibles colapsos energéticos. Una de estas medidas incluye convocar a los trabajadores a sus oficinas para escapar del calor, al mismo tiempo que contribuye a reducir el consumo de aire acondicionado en los hogares de aquellos que normalmente trabajan desde casa.
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La ciudad de Río de Janeiro experimentó una "mayor sensación térmica desde el inicio de los registros" en 2014, superando las mediciones máximas de febrero pasado, llegando a alrededor de 58 °C, según el sistema Alerta Rio. Aunque la temperatura oficial alcanzó los 39 °C, este calor extremo generó preocupación y la necesidad de tomar medidas preventivas.
Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso, registró el pico más alto de temperatura, alcanzando los 44.2 grados centígrados, consolidándose como la "capital del infierno" más caliente del país durante esta ola de calor.
A pesar de que la población brasileña está acostumbrada a altas temperaturas, la magnitud de esta ola de calor durante la primavera es sorprendente, con temperaturas que superan los promedios históricos y generan preocupaciones sobre el impacto en la salud y la infraestructura del país.