En Venezuela, las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro cobraron la vida de al menos un joven en la ciudad de Maracay. Las manifestaciones estallaron después de que Maduro se autoproclamara presidente por tercera vez, en unas elecciones ampliamente rechazadas por la comunidad internacional.
Las tensiones en el país se intensificaron cuando, pocos días antes de las elecciones, Maduro advirtió sobre un posible “baño de sangre” en caso de no triunfar. En un discurso, el 28 de julio, el líder chavista declaró: “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, garanticemos el más grande éxito de nuestra historia electoral”. Maduro también había mencionado anteriormente que las elecciones determinarían “guerra” o “paz” para el país.
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Las fuerzas de seguridad chavistas reprimieron brutalmente las protestas espontáneas que surgieron en varias partes del país, mientras crecen los llamados internacionales por una mayor transparencia en el recuento de votos. En la barriada de Petare, la más grande de Caracas, miles de manifestantes corearon consignas como “¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!” y “¡Que entregue el poder ya!”
Las manifestaciones también se reportaron en otros sectores de la capital, incluidos áreas residenciales y oficinas en el este de la ciudad, donde las protestas fueron dispersadas con gases lacrimógenos.