El 19 de octubre no es una fecha casual, sino una designación formal establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama. Esta jornada, que se extiende durante todo el décimo mes del año bajo la etiqueta de “Mes Rosa”, tiene un doble propósito: conmemorar y rendir homenaje a las personas que enfrentan la enfermedad y, simultáneamente, servir como la plataforma anual de mayor visibilidad para la sensibilización global y la movilización de recursos sanitarios. El símbolo universal que acompaña esta causa es el lazo rosa, cuyo origen data de 1991, cuando la Fundación Susan G. Komen lo distribuyó en una carrera en Nueva York, transformándose en un ícono de solidaridad.
La urgencia de esta conmemoración se fundamenta en su severa carga epidemiológica: el cáncer de mama es actualmente el tipo de cáncer más común y la principal causa de mortalidad en mujeres de todo el mundo. Las estadísticas son alarmantes: se estima que una de cada 12 mujeres desarrollará esta enfermedad a lo largo de su vida. En países como Argentina, la incidencia alcanza los 73 casos por cada 100.000 mujeres, mientras que en los Estados Unidos más de cuatro millones de mujeres tienen antecedentes de la enfermedad y se proyecta que 42.170 mujeres morirán solo en el año 2025. Además, las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indican un aumento de casi el 40% de los casos para el año 2050.
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Frente a este desafío, la OMS impulsó la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama (GBCI), cuyo objetivo es reducir la mortalidad prematura en un 2,5% anual, lo que podría evitar 2,5 millones de muertes entre 2020 y 2040 en mujeres menores de 70 años. Esta estrategia global se basa en tres pilares fundamentales: la promoción de la salud y educación sobre signos y síntomas, el diagnóstico oportuno mediante la capacitación y derivación rápida, y el manejo integral del cáncer con servicios oncológicos especializados. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) colabora activamente promoviendo la integración de la prevención y el control del cáncer de mama en el modelo de atención de enfermedades crónicas dentro de los sistemas de salud.
En cuanto a la prevención y detección, se distingue entre la prevención primaria y el cribado. Para reducir el riesgo, las autoridades sanitarias recomiendan mantener un estilo de vida saludable que incluya peso adecuado, alimentación balanceada, actividad física regular y evitar el consumo de alcohol y tabaco. En el ámbito de la detección, la mamografía es el método de referencia, capaz de identificar lesiones en fases no palpables. El Instituto Nacional del Cáncer (INC) de Argentina recomienda una mamografía cada dos años a partir de los 50 años para mujeres con riesgo promedio. Según la evidencia científica, el autoexamen mamario (AEM) ni el examen clínico realizado por un profesional han demostrado reducir el riesgo de mortalidad, por lo que se aconseja que las mujeres simplemente conozcan sus mamas y consulten al médico ante cualquier cambio significativo.
A nivel local, el Mes Rosa se traduce en acciones concretas. Un ejemplo es la iniciativa desarrollada en la Legislatura de Neuquén, que en octubre de 2023 impulsó una semana de prevención activa junto a organizaciones como la Asociación Civil Lucha Neuquina Contra el Cáncer (LUNCEC) y Rosa Fénix. La campaña incluyó la presencia de un Mamógrafo Móvil en el predio legislativo para realizar chequeos gratuitos a mujeres mayores de 40 años. Además, participaron profesionales como la mastóloga Susana Morales, la psicooncóloga Fabiana Villarreal, la nutricionista Jésica Fratamico y la especialista en estética oncológica Luciana Ortega de Turbantes Florecer, quienes brindaron charlas sobre bienestar y acompañamiento integral.
