La ciudad brasileña de Río de Janeiro está completamente paralizada y con un escenario propio de una guerra urbana. El megaoperativo policial contra el Comando Vermelho (CV), la facción narco más poderosa, dejó hasta el momento un saldo de más de 130 muertos, y se convirtió en la redada policial más sangrienta en la historia carioca.
Este martes, alrededor de 2500 policías armados entraron en dos zonas populares del norte de la ciudad, en una acción que desencadenó una lluvia de disparos y enfrentamientos con presuntos criminales.
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Más de 60 muertos en Brasil en operativos contra el narcotráfico en dos favelas
El secretario de la Policía Militar, Marcelo de Menezes explicó este miércoles cuál fue la estrategia empleada en esta megaoperación contra el Comando Vermelho, que dejó decenas de muertos en los complejos Penha y Alemão, en la Zona Norte.
Según Menezes, las fuerzas de seguridad instalaron lo que se denominó el "muro del BOPE", en el que agentes de policía entraron en la zona de Serra da Misericórdia para "rodear a los delincuentes y empujarlos hacia el bosque, donde ya estaban posicionados otros equipos del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), formando una barrera".
Imágenes sensibles: civiles agruparon los cuerpos hallados
La explicación se dio durante una conferencia de prensa el miércoles por la tarde (28), cuando los altos funcionarios de Seguridad Pública en Río detallaron los resultados de la acción, consignó el portal local G1. El secretario de la Policía Civil, Felipe Curi informó que se detuvo a 113 personas, 33 de ellas procedentes de otros estados, como Amazonas, Ceará, Pará y Pernambuco.
El sangriento episodio revela también la compleja red de organizaciones criminales que operan en Río: por un lado, las bandas dedicadas al narcotráfico, lideradas por el CV. Y por el otro, las milicias paramilitares formadas por expolicías y otros agentes que controlan amplias zonas periféricas.
Civiles trasladaron más de 60 cadáveres a una plaza: los hallaron en una zona boscosa
Este miércoles, miles de civiles comenzaron a cargar cadáveres en una de las calles de Río de Janeiro, contándose al menos unos 60 cuerpos. Los hallazgos se dieron en una zona boscosa entre los complejos del Alemão y de la Penha, donde se construyó el mencionado muro del BOPE que emboscó a estas personas, apuntadas como narcotraficantes por las autoridades.
A primera hora de la mañana llegó Defensa Civil al lugar para llevarse los cuerpos y hacia el mediodía confirmó que la cifra oficial de muertos ascendió a 132.
La abogada Flávia Fróes, quien estuvo presente durante la retirada de los cadáveres, declaró que varios de ellos presentaban “marcas de disparos en la nuca, puñaladas en la espalda y heridas en las piernas”.
Las calles de Río de Janeiro quedaron desiertas: "Parece COVID"
La tensión no bajó ni un minuto tras el sangriento operativo antinarco. Medios grandes de Brasil como O Globo, recogieron testimonios de una mujer que paseaba con su perro por la Praça Varnhagen, en Tijuca, y comentó: “Parece Covid. Muy extraño”, dijo por lo vacías que estaban las calles. El lugar, apodado “Buxixo”, usualmente rebosante de actividad, bares y samba, permaneció vacío.
Los bares y restaurantes de la zona estuvieron cerrados, y las calles habituales del entretenimiento nocturno lucieron desiertas.
