Después de semanas de incertidumbre y silencio, el Papa Francisco volvió a mostrarse este domingo ante los fieles en el Vaticano. Su aparición en la Plaza San Pedro, durante la Misa del Jubileo de los Enfermos, fue tan breve como significativa: el Pontífice de 88 años, visiblemente débil, fue trasladado en silla de ruedas y con oxígeno suministrado por cánulas nasales, en lo que marcó su primera aparición pública desde que recibió el alta médica tras una neumonía bilateral que, según fuentes del entorno eclesiástico, puso en riesgo su vida.
El Pontífice permaneció algunos minutos entre los fieles, en medio de aplausos, emoción y gritos de “¡Viva el Papa!”. Saludó con una frase breve pero cargada de significado: “Buen domingo a todos. Muchas gracias”, y luego se retiró. No pudo ofrecer un mensaje completo ni pronunciar el tradicional Ángelus, pero el Vaticano difundió un texto escrito por él mismo, en el que compartió reflexiones profundas sobre la enfermedad y la fragilidad humana.
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En el mensaje, Francisco reconoció sentirse unido a quienes padecen dolencias físicas y emocionales. “La experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás”, fue una de las ideas centrales. También citó a Benedicto XVI y alertó sobre la deshumanización de las sociedades que excluyen a los enfermos, a quienes describió como parte esencial del tejido humano.
La Santa Sede también dio a conocer el contenido del Ángelus dominical, que no pudo leer en vivo. En él, el Papa instó a mejorar las condiciones laborales del personal de salud y aumentar la inversión en sanidad pública, poniendo énfasis en el acceso equitativo a los sistemas de atención, sobre todo para los sectores más vulnerables.
Previo a su aparición, el Papa había cruzado la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, se había confesado y había orado en privado. Este gesto reforzó el simbolismo de su presencia en una ceremonia especialmente dedicada a quienes atraviesan momentos de sufrimiento.
Francisco permanecía convaleciente en la Casa Santa Marta desde el 23 de marzo, tras ser dado de alta del Hospital Gemelli. Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, su estado general sigue mostrando mejorías lentas en la respiración, motricidad y voz.