Cuando parecía que el destino de un perro mestizo era la miseria y el hambre, todo un barrio actuó para salvarlo. "Pirata", también conocido como "Cartucho", fue abandonado en plena autopista Arturo Frondizi durante la temporada de fiestas. Sin embargo, hoy es un oficial mayor de la Policía en la Jefatura de Policía de la Ciudad, en General Hornos 238, y un querido miembro de la comunidad de Barracas.
La historia de "Pirata" comenzó de manera trágica. Fue bajado de un auto en la autopista y, asustado, se acercó a un oficial que estaba de servicio cerca de la jefatura. Desde ese momento, nunca se alejó de la zona ni de la comisaría. Estaba flaco y sucio, pero su suerte cambió cuando Verónica Letcher, una de sus madrinas, decidió acercarse a la Jefatura para ofrecerle ayuda.
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El amor y cuidado por "Pirata" no tardaron en expandirse. Natalia Vidal, otra de sus madrinas, recuerda el día que lo vio por primera vez. “Ezequiel, que no está más, siempre estaba en la esquina de nuestra casa. Yo lo vi el día que bajó de la autopista con Ezequiel, en la esquina de Montes de Oca. Es más, tenía miedo de que mordiera a mis perros”, comentó.
Natalia Puebla también conoció a "Pirata" mientras paseaba a su perro y decidió unirse al grupo de madrinas. “Después, lo veía siempre. Él te recibe y hace una fiesta, es hermoso”, afirma. Este cariño llevó a las tres mujeres a turnarse para llevarle comida diariamente y sacarlo a pasear.
Aunque la Jefatura proporciona alimento para "Pirata" desde el principio, sus madrinas se aseguran de que nunca le falte nada. Además de llevarle comida dos veces al día, establecieron conexiones con una panadería y una peluquería del barrio, donde lo bañan y cuidan su aspecto. También se encargan de llevarlo al veterinario cuando es necesario.
En abril, "Pirata" necesitó una operación de vejiga. Sus madrinas recaudaron fondos a través de su cuenta de Instagram (@pirata051) para cubrir todos los gastos y se turnaron para cuidarlo durante su recuperación.
"Pirata" no solo es un perro rescatado, sino un verdadero personaje que unió a la comunidad de Barracas. Verónica Lechter destacó cómo su presencia fortaleció los lazos entre el personal policial y los vecinos. “Él es un personaje que unió al barrio porque se ha hecho una comunidad del personal policial y los vecinos. Despertó valores como la solidaridad. Los integrantes del barrio estamos a disposición de alguien que fue tirado como algo que no servía y para nosotros es nuestro gran tesoro”, concluyó.