La Comisaría 44 de Valentina Sur en Neuquén fue escenario de un dramático motín el jueves por la noche, que mantuvo en vilo a las autoridades durante nueve horas. Los presos, hacinados en una alcaidía que supera su capacidad, se rebelaron y resistieron el intento de ser reubicados en sus celdas. Este incidente es un claro reflejo de la creciente crisis carcelaria en la provincia, donde los motines son cada vez más frecuentes debido al colapso del sistema penitenciario.
Todo comenzó a las 18:50, cuando los guardias iniciaron la inspección de barrotes y el recuento de detenidos. Al momento de intentar regresar a los presos a sus celdas, estos se negaron y respondieron de manera violenta, arrojando objetos contundentes y agua con lavandina al personal policial. Los intentos de negociación fracasaron y, para las 21:30, se solicitó la intervención del Grupo Especial de Asalto y Rescate (GEAR).
Te podría interesar
Ante la ausencia del GEAR, que no llegó hasta la madrugada, se decidió cortar el suministro de luz y gas en la alcaidía para prevenir incendios. Sin embargo, minutos antes de la medianoche, los internos prendieron fuego a colchones y prendas, generando una columna de humo que obligó a la intervención de los bomberos. Mientras tanto, la Policía Metropolitana resguardaba los alrededores de la comisaría para evitar posibles fugas.
Finalmente, alrededor de las 3:30 de la madrugada, personal de la comisaría ingresó a la alcaidía junto con bomberos. Las llamas fueron extinguidas y la situación fue controlada. Un interno, que sufrió inhalación de humo, fue trasladado al hospital Heller por el Sistema Integrado de Emergencias del Neuquén (SIEN), recibiendo atención médica antes de ser regresado a la comisaría. Además, se descubrió que algunos presos habían improvisado lanzas con barrotes, con las que amenazaron al personal policial.
El motín dejó varios efectivos policiales afectados por la inhalación de monóxido de carbono y puso en evidencia la falta de personal adecuado para manejar situaciones de crisis en las alcaidías. Para las 8:30 de la mañana del viernes, la situación estaba bajo control y el GEAR brindaba apoyo al personal local.
Este motín es un síntoma de la grave crisis carcelaria que afecta a Neuquén. Desde noviembre de 2022, los penales están cerrados debido al hacinamiento, y las alcaidías, diseñadas para detenciones transitorias de 24 a 48 horas, ahora albergan presos durante meses.