Una familia oriunda de Santa Fe denunció haber sufrido un robo millonario en el estacionamiento del centro de esquí Cerro Bayo, en Villa La Angostura, mientras disfrutaban de una jornada turística.
El episodio ocurrió el viernes 18 de julio y recién fue dado a conocer días después, cuando uno de los integrantes de la familia, Martín Zabala, reconoció en los medios un caso similar y decidió relatar públicamente su experiencia. Según afirmó, el vehículo fue cerrado con llave antes de ingresar al complejo, pero al regresar descubrieron que les habían robado una importante suma de dinero.
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Sospechan el uso de inhibidores de señal
Según relató el medio RSM, Zabala sostuvo que no hubo roturas visibles en el auto, lo que lo llevó a sospechar que los ladrones podrían haber utilizado un inhibidor de señal. Este dispositivo bloquea el cierre remoto del vehículo, permitiendo que las puertas queden abiertas sin que los propietarios lo adviertan. El dinero sustraído estaba destinado a imprevistos durante el viaje y representaba una suma considerable.
Críticas por la falta de seguridad
El damnificado también cuestionó las condiciones del estacionamiento del Cerro Bayo, el cual es arancelado. “No hay cámaras de seguridad ni registros que permitan identificar a los responsables del hecho”, advirtió. La ausencia de vigilancia complica cualquier posibilidad de rastrear lo ocurrido o recuperar el dinero.
Regresaron a Santa Fe sin hacer la denuncia en el lugar
La familia decidió no radicar la denuncia en el momento y regresó a su provincia sin pruebas del robo ni intervención policial directa en el sitio del hecho. Esta situación también dificulta el avance de una investigación formal. Hasta el momento, no se conocieron novedades por parte de las autoridades ni del complejo turístico.
Otro caso en el mismo lugar: una familia pampeana también fue víctima de un robo
Horas antes del hecho denunciado por los santafesinos, una familia oriunda de Santa Rosa, La Pampa, vivió una situación similar. Federico Lambert, su esposa Juliana y su hija Zoe llegaron al centro de esquí cerca del mediodía, ya que el check-in de su alojamiento era más tarde. Al regresar al auto, alrededor de las 17:45, notaron la ausencia de un celular y descubrieron que les faltaban mochilas, bolsos y pertenencias personales.
Entre los objetos sustraídos se encontraban una notebook de trabajo, documentación médica, ropa, medicación específica y un dispositivo recetado. La hija del matrimonio, de 10 años, perdió además elementos de profundo valor afectivo, como una campera y una mochila regaladas por sus abuelas fallecidas, lo que provocó una fuerte crisis emocional.
Lambert relató que al intentar buscar a los responsables del estacionamiento —a quienes habían abonado $5.000 por el lugar— ya no había personal en la zona. En la comisaría local recibieron un dato preocupante: los robos en el estacionamiento del cerro serían frecuentes, con tres o cuatro denuncias por semana, según les dijeron.