El frío viento patagónico soplaba con fuerza aquella noche del 11 de agosto de 1995 en Cutral Co, Neuquén. Parecía un atardecer más en la ciudad petrolera, hasta que algo interrumpió la rutina. Primero, un corte repentino de energía dejó a oscuras varias manzanas. Luego, un viento huracanado, inusual incluso para el clima de la región, comenzó a azotar los techos y levantar polvo de las calles. Pero lo más inquietante estaba por llegar: extrañas luces en el cielo.
Al principio fueron algunos pocos vecinos quienes lo notaron. Pensaron que se trataba de algún reflejo o tal vez una avioneta. Pero en cuestión de minutos, cientos de personas estaban en las calles con la vista fija en el firmamento. Lo que veían era una formación de luces: un objeto más grande, con un resplandor blanco intenso, acompañado de tres esferas más pequeñas que giraban a su alrededor con movimientos erráticos, como si desafiaran cualquier lógica gravitacional.
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Entre los testigos estaba Ismael Parada, un bombero voluntario, quien relató que la luz "parecía una estrella gigante que de repente empezó a moverse y a cambiar de tamaño". Parada intentó acercarse en su vehículo, pero al hacerlo, su motor comenzó a fallar, al igual que varios automóviles en la zona. Algunos radios también se llenaron de estática.
Otro testigo anónimo aportó detalles aún más impactantes: "Y vimos una luz que bajaba, y de ahí salió toda la gente para mirar. Vi que pasaban unas luces de color verde, iban y volvían, una línea de más de 50 metros de largo. Unas luces potentes. En ese momento veníamos andando en el auto y se nos paró el motor. Nos acercamos más y vimos unos faroles grandes, unos focos. Mi vecino dijo: 'No, es un platito'. Así que nos volvimos a la casa. Las luces se apagaban y aparecían de golpe, como un tipo flash. Eran verdes, verde tirando a un color blanquecino."
Las historias se multiplicaban en toda la ciudad. Testigos describieron cómo los OVNIs parecían moverse de manera inteligente, apareciendo y desapareciendo en distintos puntos del cielo.
No fue solo Cutral Co. A más de 400 kilómetros de distancia, en El Bolsón, Río Negro, testigos aseguraron haber visto fenómenos similares. En esa localidad, los objetos luminosos fueron observados a la misma hora, desplazándose en dirección a Picún Leufú, como si siguieran un recorrido predeterminado. Algunos aseguraron que los OVNIs modificaron el clima y que, tras su aparición, la temperatura bajó abruptamente.
El diario "Río Negro" fue uno de los primeros en documentar el caso. Recogió el testimonio de Luis López, un comerciante que afirmó haber visto cómo los objetos luminosos se mantenían suspendidos en el cielo durante varios minutos antes de desaparecer a gran velocidad.
El evento causó tanto revuelo que la Fuerza Aérea Argentina envió un equipo de especialistas para investigar. En un descampado cercano a Cutral Co, encontraron huellas circulares en el suelo, similares a marcas de aterrizaje. Algunos militares sostuvieron que podrían haber sido producidas por el viento o algún fenómeno meteorológico, pero no lograron explicar la extraña sincronización de los cortes de luz y los testimonios de fallas electromagnéticas en los autos y radios.