Tras deambular herido por más de una semana por la costanera del Río Agrio, en la localidad de Las Lajas, el perrito Pichu tuvo un vuelco de suerte. Muchos animalitos en sus condiciones no llegan a buen puerto, pero él se topó con las manos solidarias de Alejandra San Martín, una vecina del lugar que tras haber visto algunas publicaciones en redes sobre su situación decidió tomar cartas en el asunto y lo fue a buscar.
"Había visto publicaciones sobre un perrito abandonado y herido, y el domingo 7 me llamó una amiga para avisarme sobre él, y yo creía que ya lo habían asistido, pero no. Entonces me fui hasta el río, lo busqué, lo encontré y me lo traje" cuenta Alejandra a Patagonia.Press sobre el inicio de esta historia.
El perrito herido, con la boca hinchada y un olor nauseabundo que lo rodeaba, fue descubierto al borde del río, donde las moscas lo acosaban implacablemente, y algunas personas lo echaban constantemente. Su mandíbula mutilada reveló una infección severa, causando impresión a quienes presenciaron la escena. En ese contexto Alejandra se puso en contacto con Edelma "una señora de acá del pueblo que ya hace muchos años que viene trabajando con los perritos que están en situación de abandono" contó. Ella respondió al llamado de auxilio y con prontitud le dieron atención veterinaria, donde se le administraron antibióticos, ivermectina y otros tratamientos necesarios para combatir la infección y salvar su vida.
Alejandra destacó que la comunidad no dudó en unirse para brindar apoyo financiero a través de publicaciones en redes. La solidaridad permitió cubrir los gastos veterinarios, demostrando que, en medio de la adversidad, la empatía y el amor por los animales prevalecen por sobre la crueldad y la violencia de unos pocos.
Las circunstancias que llevaron a las terribles heridas de Pichu aún son motivo de conjeturas. Aunque inicialmente se pensó que podría haber sido el resultado de una pelea con otro perro, la evidencia apunta a la posibilidad de que le hayan introducido pirotecnia en la boca durante las fiestas de Navidad o Año Nuevo, por coincidencia de tiempos. Sobre los posibles responsables de tamaño acto de crueldad nada se sabe, lamentablemente.
Después de intensivos cuidados veterinarios, Pichu ya demostró ser un luchador. A través de cirugías, raspajes y limpiezas, su herida empezó a cicatrizar. Ahora, este perrito "bonachón" como lo describe Alejandra, busca una familia que le brinde el amor y la seguridad que merece.
Sobre la posibilidad de quedárselo ella, Alejandra cuenta: "Tristemente hay muchas personas que abandonan perritos. Y bueno, nosotros no teníamos mascotas. Entonces encontramos uno abandonado y lo trajimos a casa. Después otro, pobrecito, y así con otros perros que le hemos dado tránsito y que nos han dado en adopción y también quedaron acá en casa. Conclusión, en mi casa ya hay 10 perros. Sinceramente no me da más para atenderlos y alimentarlos a todos, y que si se enferman tener los medios como para poder solventar una atención veterinaria. Así que sinceramente me duele el alma, pero no me lo puedo quedar. Queremos buscarle una familia y tener la garantía de que el perrito va a estar bien. Ya sufrió demasiado, sufrió mucho. Y bueno, se merece una familia, un hogar y que le den todo el cariño en el mundo".
Se busca una adopción responsable, donde se le ofrezca un espacio cerrado y se garantice su bienestar continuo. Se lleva bien con otros perros e incluso gatos.
Aquellos interesados en ser parte de la vida de Pichu, ofreciendo un hogar lleno de afecto, pueden ponerse en contacto con Alejandra San Martín al +54 9 2942 66-3280
Pichu, el guerrero canino, merece un hogar donde pueda dejar atrás el dolor del pasado y abrazar un futuro lleno de amor y felicidad.