Durante la madrugada del viernes, un eclipse lunar total dejó una de las postales más impresionantes del año. La Luna se tornó de un tono rojizo intenso en un fenómeno conocido como Luna de Sangre, causado por la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre. Este evento astronómico no volverá a repetirse hasta el año 2048, según la NASA.
El eclipse alcanzó su punto máximo alrededor de las 3 de la mañana y pudo ser observado en gran parte del continente americano. A medida que la Tierra bloqueó la luz solar directa, la única iluminación que llegó a la superficie lunar fue la filtrada por la atmósfera, generando su característico color rojo.
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Un evento astronómico poco frecuente
Aunque los eclipses lunares son relativamente comunes, no todos son totales. En la mayoría de los casos, la alineación entre la Tierra, la Luna y el Sol da lugar a eclipses parciales o penumbrales. Sin embargo, este fue uno de los pocos eclipses totales registrados en las últimas décadas, lo que despertó gran interés entre astrónomos y aficionados.
Además, el fenómeno coincidió con el Día de Pi (3,14), una fecha emblemática para la astronomía y las matemáticas, ya que esta constante es fundamental en cálculos astronómicos y en la predicción de eventos celestes.
Observaciones científicas y el próximo gran eclipse
La NASA y otras agencias espaciales aprovecharon el evento para realizar observaciones detalladas de la superficie lunar y estudiar el impacto del eclipse en la geología del satélite. Estos datos podrían ser clave para futuras misiones tripuladas a la Luna.
Para quienes se perdieron este espectáculo, la espera será larga: otro eclipse lunar total con características similares no ocurrirá hasta dentro de más de dos décadas. Mientras tanto, el próximo gran evento astronómico será un eclipse solar total en 2026, que tendrá su punto de mayor visibilidad en Europa.