Aunque muchas personas intentan mejorar su forma de comer, existen errores muy frecuentes que afectan negativamente la calidad de la alimentación. Instituciones médicas como Mayo Clinic, UC Davis Health y la Universidad de Alabama en Birmingham advierten sobre mitos alimentarios que, sin la información adecuada, pueden poner en riesgo la salud nutricional.
1. Creer que comer sano es más caro
Es común pensar que la comida saludable es inaccesible. Pero desde Mayo Clinic afirman que “comer sano con un presupuesto limitado es posible”. Planificar las compras, aprovechar ofertas de estación y optar por alimentos básicos como arroz integral, legumbres y vegetales congelados puede marcar la diferencia sin afectar el bolsillo.
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2. Cambiar azúcar blanca por “más natural” sin moderación
Sustituir el azúcar por miel, azúcar de coco o jarabes no elimina el problema. “El azúcar es azúcar”, explican desde Mayo Clinic. Aunque algunas alternativas contengan minerales, siguen sumando al total de azúcares añadidos que recomienda limitar la OMS. El exceso, sea cual sea la fuente, aumenta el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas.
3. Eliminar todas las grasas
Durante años se promovieron las dietas sin grasa, pero hoy se sabe que son necesarias. “La grasa protege órganos, mantiene membranas celulares y ayuda a absorber vitaminas”, detallan desde Mayo Clinic. Se deben preferir las grasas insaturadas (aceite de oliva, frutos secos) y evitar las saturadas y trans.
4. Demonizar los carbohidratos
Las dietas que eliminan por completo los carbohidratos son peligrosas. Mayo Clinic señala que excluir grupos enteros de alimentos “es una señal de alerta”. Se deben evitar los refinados como pan blanco y ultraprocesados, pero consumir carbohidratos complejos como legumbres, frutas y cereales integrales es clave para una nutrición completa.
5. Confiar en las dietas detox
Los “planes desintoxicantes” son una moda sin base científica. “No necesitas comprar un producto para depurar tu cuerpo”, afirma Mayo Clinic. Los órganos como el hígado o los riñones ya se encargan naturalmente de eliminar toxinas. La mejor estrategia es aumentar el consumo de agua y alimentos integrales.
6. Creer que comer tarde engorda
El problema no es la hora, sino el motivo por el que se come. Según Mayo Clinic, muchos consumen alimentos por ansiedad o aburrimiento en la noche. Además, UC Davis Health advierte que comer cerca de la hora de dormir puede alterar el sueño y favorecer problemas como aumento de peso o presión alta.
7. Comer rápido y sin prestar atención
Ingerir alimentos con apuro, frente a pantallas o sin conciencia puede llevar al exceso. “Comer rápidamente hace difícil saber cuándo estás lleno”, explican desde UC Davis. Se recomienda usar cubiertos pequeños, comer sin distracciones y hacer pausas entre bocados para registrar la saciedad.
8. Comer por estrés o costumbre
El hambre emocional y el picoteo constante no siempre responden a una necesidad fisiológica. Según UC Davis, estas conductas conducen al consumo excesivo, sobre todo de productos ricos en sal, grasa y azúcar. Identificar los disparadores emocionales y optar por snacks saludables puede ayudar a revertir esta dinámica.
9. Pensar que la sal de mesa es el principal problema
Aunque se señala al salero como culpable, la mayor parte del sodio proviene de productos procesados, según Mayo Clinic. La OMS sugiere evitar caldos, salsas industriales y snacks salados. Cocinar en casa y leer las etiquetas son prácticas fundamentales para reducir la ingesta de sal.
10. Elegir productos “light” sin revisar etiquetas
Los alimentos sin grasa pueden parecer saludables, pero muchas veces contienen más azúcar o sodio para compensar el sabor. Además, la grasa brinda saciedad, por lo que su ausencia puede derivar en mayor consumo posterior. Mayo Clinic recomienda “leer siempre las etiquetas nutricionales y prestar atención al contenido de azúcar y sodio”.